Tour al Gran Cañón con Skywalk y Almuerzo Incluidos

Un Niño Descubre el Gran Cañón

Jorge caminaba asombrado, mirando hacia abajo parecía que el infinito estaba a sus pies. Miraba al fondo, el río Colorado y puntitos que podían ser personas, no alcanzaba a distinguir. descubre el gran cañón

Se imaginaba que podía volar, aunque en realidad estaba en un tour al Skywalk del Gran Cañón y era sostenido por el enorme piso de cristal de la formidable herradura que se suspende en el Risco Oeste en la reservación india Hualapai.

 

Edificios para Gigantes

 

Jorge miraba las paredes rojizas a la distancia, aún los rascacielos eran pequeños comparados con esos riscos.

Así que llegó a la conclusión de que eran edificios de Gigantes que habían logrado crear hace muchos años una ciudad dentro del desierto.

Todo era un mundo de proporciones enormes, supuso que el zurco que miraba era obra de una enorme serpiente y pasó por allí, cavando ese gran agujero.

 

Skywalk y la nación Hualapai descubre el gran cañón

 

Jorge preguntó a uno de los hombres que cuidaban el lugar si él había conocido al caballo que era dueño de la herradura gigante, pues quería montar en él y recorrer el mundo.

“¿Cuál herradura?” pregunto intrigado el cuidador. Jorge lo miro con ojos lastimosos, como si estuviese con a alguien muy burro- “¿Cómo que cuál? ¡Pues esa!!” responde Jorge con desesperación mientras apuntaba a la gran construcción metálica conocida como Skywalk , el hombre miró y se agachó para hablar con Jorge.

Esa herradura no pertenece a ningún caballo, la construyó mi gente, los Indios Hualapai. El niño lo miró con cierta desconfianza en un inicio, estaba tan seguro que pertenecía a un caballo gigante, que corrió para saltar el risco y en el brinco se le quedó atorada su herradura, por lo que volvió a ver al hombre, a la herradura y nuevamente al hombre “¿Seguro?” insistió.

El hombre asintió con la cabeza “Sí, se ideó en 1988, aunque como todas las buenas idea, tomó tiempo en madurar y en brindar frutos.

Se habló con miembros de la tribu que sentían que construirlo sería invadir tierra sagrada para fines profanos, varios años se les explicó que la herradura sería un sitio de apreciación y contemplación.

Lo mismo sucedió con los ambientalistas que se preocupaban por los daños al ecosistema, hubo que demostrarles que todo estaría bien.

La estructura completa costó 30 millones de dólares, toda una inversión para nuestro pueblo. Jorge dudó de la información del tour al Skywalk del Gran Cañón, si hubiese hablado el hombre español, le hubiera preguntado muchas cosas, pero como no, él se quedaría con la idea de que el caballo perdió su herradura, incluso levantó la vista al horizonte todo el camino, con la esperanza de mirar, aunque fuese a lo lejos, a aquel brioso corcel cabalgar por la llanura.