Grand Canyon

La Prueba de Fuego en El Grand Canyon

Los aguerridos realizan su tour al Grand Canyon a su manera, el paraje natural representa un reto sinigual para los corredores extremos. Aquí se corre de risco a risco y de regreso, trayecto conocido también como el R3, el reto que ni los mataronistas se atreven a enfrentar. Por ello, es admirable cuando el mortífero recorrido lo realiza un superviviente de cáncer. Corriendo se desciende 5,000 pies para posteriormente volverlos a subir, en un calor superior a los 100 grados en verano.

Realizó el recorrido como una persona normar realizaría un tour al Grand Canyon, su extraordinaria condición física y su tenacidad vencieron todos los obstáculos. Tan solo 18 meses atrás, ella había sido sometida a radiación para tratar su cáncer etapa 3 y recibido una doble mastectomía.

Su primer encuentro con el Canón fue igualmente épico, diagnosticada con esclerosis múltiple finalizó el recorrido en una hazaña digna de admiración 10 años atrás.

En su descenso encontró diversos trayectos que serpentean el risco bajo un sol casi insoportable. El secreto de resistir la travesía es mantenerse hidratado, por lo que las ropas hay que mojarlas cada que se tiene la oportunidad en este extremo tour Grand Canyon.

Una de las partes más difíciles es la llamada “Corcho del Diablo” o Devil’s Corkscrew, un trayecto de una milla expuesto al más incandescente sol con una subida seis veces más empinada que en el resto del trayecto. Es uno de los puntos que literalmente hacen tronar a los corredores y desistir de su objetivo de cruzar el risco corriendo. El siguiente reto es la escalera de Jacobo o Jacob’s Ladder que presenta un ascenso de cuatro millas en escarpadas veredas.

Enfrentar adversidades nos hacer entender quiénes somos, de qué estamos hecho, hay quienes el reto lo toman tranquilamente como un tour al Grand Canyon, otros que se dejan vencer por la adversidad y no pueden seguir adelante. El R3 es por ello tan popular, hace que el corredor se enfrente consigo mismo, con su determinación, en cierto sentido con su obstinación y capacidad de ignorar los dolores físicos y aquella voz que cada vez más crece con intensidad durante el trayecto que le dice “¡¡PARA!!”. Requiere una enorme fuerza interior poder ignorar los padecimientos del cuerpo y continuar hasta la meta.

Dina llegó al Phantom Ranch; aún faltaban 5,000 pies de ascenso y decidió realizar un pequeño tour Grand Canyon en el lugar. Disfrutó de su habitación, que milagrosamente había en disponibilidad (las reservaciones se realizan con un año de anticipación en el Phantom Ranch) para dividir su carrera en varios días, comprendió que ahora puede tomarse un descanso y disfrutar los parajes, lograr su objetivo simplemente en más tiempo. Se dio cuenta que había madurado, estaba escogiendo disfrutar en vez de mantener su terquedad, se sentó junto con su novio y miró el atardecer, era una triunfadora que ahora sabía vivir el momento, entendió que para eso es la vida y convirtió su meta en un placentero tour al Grand Canyon.