Fantasmas en el Gran Cañón

Fantasmas en el Gran Cañón

En la ruta 66, Mike Kadletz da la bienvenida a diversos tours al Gran Cañón que visitan las cavernas. Para él son muy molestas las historias que dicen que allí hay espíritus, de personas que han muerto en la zona a lo largo de los años. Muchos huéspedes y empleados testifican la veracidad de las apariciones, algunos comentan que han visto a un hombre, se cree el espíritu del difunto Walter Peck, un leñador que en 1927, al dirigirse a una partida de póker con sus amigos, descubre una cueva y convence a sus amigos que le bajasen a ella. La historia la cuentan varios tours al Gran Cañón, con algunas variaciones. Creyó haber descubrió oro y cogió algunas muestras. Con el dinero que tenía adquirió la propiedad, pero desgraciadamente posteriormente resultaría que lo que había encontrado era simplemente óxido. Fue entonces que comenzó a cobrar por la entrada y poder obtener algo de dinero a las personas que llegaban por los tours al Gran Cañón que en esas épocas era un incipiente público. Se dice que su espíritu ronda el lugar, numerosos visitantes constatan haberlo visto es los elevadores que son la entrada a la cueva.

Como también se habían utilizado esas cavernas para entierros de los nativos americanos, algunos aseguran que escuchan susurros en lengua nativa, así como sombras de indios danzando en la oscuridad. Los Hualapais, nativos del lugar lo consideran un lugar sagrado pues allí había restos de su tribu. Por petición de ellos, la entrada natural se selló en 1962. Es algo tenebroso pensar que una cueva cuya única entrada es un elevador que desciende 220 pies tenga tantas apariciones ¿Quién sería tan valiente de quedarse allí durante la noche? ¿Cómo es que tantos testigos, sin conocerse describen las mismas experiencias paranormales? ¿Será en verdad cierto que Walter Peck aún permanece en el lugar? ¡Será una prueba de verdadero valor el que decida parar allí la noche!

Otro incidente se llevó a cabo en el sendero de Kaibab, un lugar muy común ofrecido en los tours al Gran Cañón. Allí un guardabosques llamado Reese Griffiths murió al intentar explotar una parte de roca en febrero de 1922. Griffiths amaba el Cañón del Colorado, había trabajado toda su vida allí y dedicado todo su tiempo al cuidado y conservación del lugar, por lo que pidió ser enterrado en el sendero que ayudaba a construir. Las autoridades concedieron su deseo, sin saber que desde entonces, se suscitarían una serie de eventos paranormales en el sendero de Kaibab. Muchos caminantes y campistas han reportado ver el fantasma del mismísimo Griffiths en sus estadías. Algunos lo miran caminando, otros parado, mirando a la lejanía.

Hay tours al Gran Cañón de todo tipo, algunos nos llevan a ver aves, algunos otros nos hacer recorrer los riscos para admirar las maravillas naturales o surcar los aires en helicóptero, ahora también podemos tomar uno y recorrer los lugares de apariciones que se presentan en el Cañón del Colorado.