El Río Colorado

Está científicamente comprobado, que la admiración como sentimiento, tiene un impacto positivo para nuestra salud y mantener la belleza.

Caminar en un bello bosque o maravillarse ante la magnificencia del Gran Cañón provoca una respuesta emocional positiva, libera mensajeros hormonales que avisan al cuerpo para activar de mejor manera el sistema inmunológico.

Respirar también ayuda a mantenerse joven, por lo que una caminata hacia el Río Colorado ayuda a relajarse y rejuvenecerse.

El permitir a los pulmones abrirse al máximo ejercita toda la cavidad abdominal. La hormona HGH (Hormona Humana del Crecimiento) va disminuyendo conforme envejecemos, entre más tiempo tengamos la hormona HGH, tendremos mayor salud y fuerza, lo que se puede lograr con excursiones y caminatas al visitar el Gran Cañón.

Visitar el Gran Cañón para Relajarse

Trabajar con barro es una práctica que permite a las personas conectarse con la tierra, enfocarse en una tarea y olvidarlo todo, liberando gran cantidad de estrés. Mantiene a la gente activa, curiosa y pensativa por lo que es un muy buen ejercicio mental.

La alfarería crea paciencia en la persona pues lleva trabajo y tiempo. En un mundo en el que siempre estamos ocupados, el soltarlo todo y trabajar en alfarería ha demostrado proporcionar resultados positivos para la salud mental, como lo demuestra un artículo publicado en la Gaceta de Desórdenes Afectivos de 2017 que apunta a que trabajar con barro mejora el humor, la toma de decisiones y la motivación.

LeeAnn Dodde

Es por ello que personas como LeeAnn Dodde se han escapado de la vida cotidiana y visitan el Gran Cañón para sentarse y trabajar con el barro.

“Es divertido incluso el proceso de horneado, te tomó una considerable cantidad de tiempo crear un objeto, que luego se debe cocinar en un horno de 2,000 grados sin saber si saldrá bien o no. Debes entusiasmarte y anhelar que salga bien, pero al mismo tiempo, no aferrarse y permitir que salga como debe de salir” aconseja LeeAnn.

Ella crea sus obras y las envía por mula a su hogar de Prescott hasta que tiene tiempo de regresar a su domicilio. Ella administra un negocio llamado Estudio de Autobús, sede de venta de sus creaciones artísticas.

Lleva ya 7 años con su rutina al fondo del Cañón del Colorado, “Desde la universidad, cuando toqué el barro, con el que se podía formar y jugar supe que quería hacer algo artístico con él”.

Cuando comenzó, desperdiciaba mucho barro pues el proceso no es tan sencillo como parece a primera vista. Si tu cuerpo se mueve, el barro no está centrado, si tu mano se mueve, crea burbujas” comenta ella, enumerando algunos de los problemas que le ocurrieron en su travesía artística.

“Cuando todo es tranquilidad y tienes control de tu cuerpo, de pronto tienes también control total del barro, pueden pasar varias horas sin darte cuenta”.

Si vas a Visitar al Gran Cañón, no pierdas la oportunidad de descender el cañón y conocer el pequeño taller de LeeAnn Dodde, será una experiencia relajante y maravillosa.